CAMARA DE VIGULANCIA

REFLEXIONES


Quien piensa en fracasar, ya fracasó antes de intentar
Quien piensa en ganar, lleva ya un paso adelante
"Sigmund Freud"


MI HIJO: MI VÍCTIMA O MI CREACIÓN?

Yo me preguntaría y plantaría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco o inculqué a mis hijos?
A los jóvenes de este siglo hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión o caminar larguísimas distancias para llegar a ella.
Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando PlayStation, hablando o enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.
No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.
Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, IPod, BlackBerry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso. El textil más costoso. La Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen, para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación, a la brevedad y sin chistar.
Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de MTV. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.
Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y  buenas costumbres, y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido. Ya saben todo y, lo que no ¡Lo consultan en Internet!
Nos asombramos, porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no me alcanza.
Si son estudiantes, siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, que lo menos que uno sospecha, es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca,  marihuana o cuando mínimo alcoholizados.
Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan, con desfachatez: yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme o quien les manda andar de calientes.
Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo, hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.
Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años, si es correcto 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.
¿Entonces en qué estamos fallando?
Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes, pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta, el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo; que tenían que ayudar a limpiar la casa; no se frustraban por no tener vehículo, andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos, aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.
Lo que le pasó a nuestras generaciones, es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:
¡Yo no quiero que mis hijos pasen, los trabajos y carencias que yo pasé!
Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.
Muchos de los nuestros hijos, a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México, con su hoy vetusto y atiborrado Metro.
El dame y el cómprame, siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión, con sirviente (a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.
Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar, sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido, en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio, avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.
Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades. Háganles el hábito del ser agradecidos.
Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios. Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta. Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita.
Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento. Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa, NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente, por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan, y  por la que ellos no pagan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.
Que entiendan que asistir a la escuela, es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.
Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.
Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión, y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos, aconséjalos, habla con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.
Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos, o sencillamente hemos trabajado tanto, que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.
Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.
Que cada quien tome lo que la corresponda. Que haga lo que pueda y quiera. Recuerda que: “para que triunfe el mal, solo se necesita que la gente buena lo permita…”
César Mella
Psiquiatra dominicano


PELEA POR TU CAUSA

Cuando Honorious era emperador de Roma, el gran Coliseo a menudo se llenaba hasta rebosar con espectadores que venía de cerca y de lejos para ver los juegos patrocinados por el estado.
Algunos de los deportes consistían en seres humanos enfrascados en batallas con bestias salvajes entre sí, hasta la muerte. Las multitudes reunidas hacían de ello una fiesta y consideraban el mayor de los deleites cuando un ser humano moría.
Uno de esos días, un monje sirio llamado Telemachus integraba la gran multitud en la arena. Telemachus fue herido hasta lo más profundo por el indecible desprecio hacia el valor de una vida humana del que fue testigo. Brincó de las gradas de espectadores a la arena durante un espectáculo de gladiadores y gritó: ¡Esto no es correcto! ¡Esto tienen que cesar!
Por haber interferido, las autoridades ordenaron que Telemachus fuera atravesado con una espada, y así se hizo. Él murió, pero no en vano.Su grito prendió una pequeña llama en la casi cauterizada conciencia de las personas y en cuestión de pocos meses, los combates de gladiadores llegaron a su fin.
Vía Renuevo de Plenitud



JUEGAS CON TU CABEZA NO CON TU CORAZÓN…


Una de las tantas frases que ofrece la película Jerry Maguire, de la que me considero súper fan; son tantas las veces que la he visto y cada vez que la pasan por televisión no puedo dejar de ver esa historia, llena de aprendizajes, sin efectos especiales  (raro en las últimas películas de Tom Cruise) y sin embargo conmovedora, el relato de un hombre que aparentemente lo tenia todo, un buen trabajo, una linda novia, un futuro por delante. A pesar de todo eso sentía que a su vida le faltaba algo, y un día hace una reevaluación de sus propósitos, la inspiración de una noche se volvió su peor pesadilla cuando ese documento inspirador es el motivo de su despido, y comienza a forjarse nuevamente un camino, sin su novia que lo abandonó, sin amigos y con la carga de sentirse un perdedor. Además de toda la linda historia de amor que se teje, por supuesto están presentes esas lecciones de vida que ofrece y esa relación de amistad que forja con el único cliente que le quedó y el cual demanda demasiada atención producto de su enorme ego, aludo a la frase del título de mi escrito a una escena de la película en donde ambos personajes Rod y Jerry (cliente y manager) saliendo de un partido, Rod empieza a reclamarle a Jerry por no cumplir sus necesidades de sueldo y otros beneficios que él tanto esperaba y Jerry explota a tantos reclamos y se lanza una de las mejores frases: “sabes cual es tu problema, juegas con tu cabeza no con tu corazón…en tu vida personal corazón, cuando estas jugando piensas en lo que no te dieron en quien cobra más que tu” (no soy tan literal como quisiera) y dicho sea de paso la película esta llena de frases hermosas…..Y como siempre en mí eso es razón suficiente para que surjan cierto tipo de preguntas, como por ejemplo: ¿Cuándo utilizar la cabeza y cuándo el corazón?, en esta vida donde tenemos que tomar decisiones todos los días y a veces en fracción de segundo ¿Cuándo y cómo marcar la diferencia?, ¿Es posible pensar con el corazón? o él es sólo es un músculo receptor y manifestación pura en donde se sienten las emociones?
En estas etapa de mi vida me siento una sobreviviente, fracasos, críticas, desamores, traiciones, tristezas y pérdidas, y seguramente me falta sobrevivir a muchas cosas más, y no recuerdo haber pasado por situaciones en donde no haya pensado con el corazón con todo lo malo o bueno que eso implique. Se me ha criticado varias veces por ser hipersensible, pasar por momentos de depresión, que me afecta todo lo que me rodea, que me siente y que me acongoja el mundo en que vivo, que amo demasiado mi trabajo, que me ilusiono con facilidad, que a veces actúo como una niña, que pienso  en pajaritos preñados….si todo esto representa pensar con el corazón entonces no solo pienso sino que vivo con el corazón.
Se me ha dicho que para sobrevivir a este mundo tengo que pensar con cabeza fría…y les juro amigos míos que lo he intentado, y lo único que me falta es ponerme una bolsa de hielo en la cabeza. He puesto muros, he tratado muchísimas veces de ser lo más objetiva que puedo en ciertas situaciones, he tratado de que la voz interna de los sentimientos no me afecte, de verme distante, concentrada, impasible, si es que todo esto significa pensar con la cabeza, pero las veces que lo hecho también he quedado atrapada en esos mismos muros, o sencillamente se me derrumban y no sé recoger esos escombros luego que doy la vuelta después de hacerme la dura, la más objetiva, cautelosa y reflexiva, me atacan como abejas fuera del panal lo más terribles sentimientos de culpa por mostrarme de tal manera cuando realmente dentro de mí fuero interno hay altos niveles de sentimentalismo puro.
No digo que pensar con la cabeza sea malo, ni pensar con el corazón sea lo mejor, definitivamente trae muchos vicios si no lo sabemos controlar, si ese río de sentimientos se desborda puede llegar hacer muy peligroso para la propia estima y al llevar las relaciones con los demás por caminos pocos sanos. Pero es que definitivamente a mi no me sirve de mucho pensar con la cabeza, no logro dar en el blanco, me gusta y me siento bien cuando pienso con el corazón, me anima, me vuelve jovial, alegre y saca lo mejor de mí, soy graciosa, receptiva, amistosa, extrovertida, me hace soñadora y espontánea….es como si volviera a ser niña, y eso me encanta! Una de estas mañanas al levantarme y recortar el papel del calendario éste decía: “La razón se hace adulta y vieja, el corazón permanece siempre niño”…tan equivocada no estoy ¿verdad?
Esto no quiere decir que no me he dado mis tropezones vaya que me los he dado…y bien duros, y tampoco quiere decir que al ser puro corazón (como Juan Corazón) a la que solo falta colocar un parche en forma de corazón en el ojo soy toda bondad digna de ser beatificada, todo lo contrario, a veces ese corazón también me ha llevado a caminar por el lado oscuro de mi ser, pero en definitiva tengo que aceptar lo que soy y seguir las indicaciones de mi amigo en las áreas importantes de mi vida, mi premisa y deseo tal vez lo resume Soledad Pastorutti en su canción: “Seguir siguiendo al corazón y coquetear con la intuición seguir creciendo y esquivando las rutinas, seguir soñando en un rincón seguir creyendo que hay un Dios que me enderece de un tirón la puntería, siempre voy detrás de lo que siento cada tanto muero y aquí estoy”.
 Y si no eres de los que le pone mucho corazón a la vida te lo digo a la manera de El Rey… mi querido Elvis en una de las canciones del soudtrack de la película que comenzó todo esta locura literaria hecha con todo el corazón que te acabo de hacer leer, Jerry Maguire, que dice:
I don’t worry
Whenever skies are gray above
Got a pocketful of rainbows
Got a heart full of love
Jéssica Millán
DEFINITIVAMENTE NO ME GUSTAN LOS TELÉFONOS INTELIGENTES

Definitivamente creo que la moda de los teléfonos inteligentes tiene un lado positivo, pero también tiene unos lados negativos.
Tuve la oportunidad de ser invitado al cumpleaños de una amiga, en un centro nocturno, y fue impresionante ver la cantidad de personas de todas las edades que no compartían con las personas que se encontraban allí, sino que compartían con personas a través de su teléfono.
Bailaban con el teléfono en la mano! Chateando o escribiendo mensaje a través del teléfono!
Realmente creo que no es algo positivo para el ser humano. Despersonalizamos hasta las reuniones sociales!
Llámenme anticuado, pero no me gusta eso.
Hagan la prueba. Vayan a un cine, a un restaurante, a un concierto. Verán a su alrededor una gran cantidad de personas pendientes de su teléfono, y en ocasiones, pendientes de la actividad a la que asisten…
Por eso, definitivamente no me gustan los Teléfonos Inteligentes.
Y para que vean que no soy el único extraterrestre o anacrónico, conseguí algo parecido en el Blog de Minicano…
Luis Castellanos


ACTITUD INTERIOR
Eran dos grandes amigos. Trabajaban en un pueblo y decidieron ir a pasar unos días a la ciudad. Comenzaron a caminar y en una gran calle vieron un burdel que estaba frente a frente con un santuario. Uno de los amigos decidió pasar unas horas en el burdel, bebiendo y disfrutando de las bellas prostitutas, en tanto que el otro optó por pasar ese tiempo en el santuario, escuchando a un maestro que hablaba sobre la conquista interior.
Pasaron unos minutos, y entonces el amigo que estaba en el burdel comenzó a lamentar no estar escuchando al maestro en el santuario, en tanto que el otro amigo, por el contrario, en lugar de estar atento a las enseñanzas que estaba oyendo, estaba ensoñando con el burdel y reprochándose a sí mismo lo necio que había sido por no elegir la diversión. De este modo, el hombre que estaba en el burdel obtuvo los mismos méritos que si hubiera estado en el santuario, y el que estaba en el santuario acumuló tantos deméritos como si hubiera estado en el burdel.
*El Maestro dice: Precediendo a los actos, está la actitud interior. En la actitud interior comienza la cuenta de méritos y deméritos.
Tomado de “Cuentos Clásicos de la India” recopilados por Ramiro Calle

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